miércoles, 15 de julio de 2009

Parodiando un poco a Hate – Violadores del Verso- empiezo por decir: le quite las telarañas al teclado y me juré que escribiré las cosas por su nombre.

Me he alejado un poco pero como el cáncer, siempre vuelvo aparecer. Espero poder encontrar ojos que me lean, aunque no tengo esperanzas de encontrar almas que me comprendan y dejen entrar mi infección en su interior. Algunas por que tienen miedo a las nuevas enfermedades, otras por que ya están enfermas.

Pero quiero pensar que soy la enfermedad que cura todas las enfermedades, el veneno que alivia los males, la pregunta que da todas las respuestas, la guerra que trae paz. Pero simplemente soy una enfermedad. Me he llamado cáncer, pero a veces creo que simplemente soy algo menos que un resfriado. Es que incluso las enfermedades tienen su ego y le baja la autoestima.

Tal vez no soy una enfermedad, tal vez solo estoy enfermo. Y es que tal vez llevo tanto tiempo enfermo que creo que soy el mal que me aqueja. Tal vez amo a mi enfermedad y quiero ser uno con ella, por que se ha convertido en mi virtud. Es que no hay buena virtud y mala virtud, solo hay virtud.

Tengo miedo de ser curado, tengo pavor de encontrar alguien más enfermo que yo y opaque mi malestar, tengo miedo de no estar enfermo y ser un hipocondríaco filosófico.

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