lunes, 12 de abril de 2010

Promoción

Para promocionar el proyecto Kimerian, he hecho varias paginas en direntes redes sociales. aquí les dejo la lista, elijan la que más le guste...

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domingo, 11 de abril de 2010

Hace unos dias encontré un foro de fantasia bastante interesante
fantasia epica

Es muy amplio y he encontrado muy buenos criticos alli.

les invito a que se den una vuelta por el lugar.

miércoles, 11 de noviembre de 2009

H7, Vorágine

«Los organismos deben competir entre sí por la existencia. En la naturaleza nacen más individuos de los que pueden sobrevivir (…) La selección natural: las variaciones que se adapten mejor al medio son las que sobrevivirán y tendrán por tanto más éxito reproductivo; las que no sean ventajosas acabarán siendo eliminadas»


Carlos Roberto Darwin, El origen de las especies (1859)


¿Evolución o Creación? Una posibilidad poco considerada es que la «Creación» haya evolucionado, y el Creador haya muerto como diría cierto filósofo alemán. Lo indudable es que después de miles de años aquí estamos, expandiéndonos y extinguiendo todo en nuestro paso.


Puedo decir, sin temor a equivocarme, que desde su inicio la Historia de la humanidad, sea este el «Big Bang» o «Gé 1:26-28», hasta hoy se puede definir con una sola palabra: Vorágine. Este remolino impetuoso de pasiones desenfrenadas, sucesos confusos y personas en constante movimiento, ha tenido puntos de mayor o menor acción, pero nunca ha cesado. La Historia de la humanidad es un Vorágine enganchada a la aleta de un tiburón que nada en un mar llamado Tiempo.


El 11 de septiembre del año 2001 acaeció un suceso que endemonió mi de por sí ya diabólica metáfora. Un grupo terrorista llamando Al- Qaeda, llevó a cabo el ya conocido y emblemático Ataque a las Torres Gemelas. Tras dicho atentado, varias naciones se unieron en una encarnizada guerra contra el terrorismo.


Las cosas se salieron de control, algo demasiado habitual en la vorágine, y sin darse cuenta de cómo o cuándo, el mundo de vio en medio de una tercera guerra mundial. La mayoría de los datos referente a los hechos han sido suprimidos por el actual gobierno, por ello es difícil decir con certeza como llegamos a hasta aquí; Al punto de que todas las naciones son gobernadas por un único gobierno, un gobierno que quiere erradicar todo rastro del pasado, eso nos incluye a nosotros, los Hijos Bastardo del Uranio y el Plutonio.


¿La hora? 22:45.

Hace ya cuarentaicinco minutos que las sirenas que anuncian en toque de queda sonaron, como lo han hecho cada noche desde hace más de veinte años. Y como cada noche, las calles quedan totalmente vacías, o al menos así deberían quedar.


¿Dónde? Calle H7

Durante la guerra, las principales ciudades del mundo fueron totalmente destruidas, algunas hasta los cimientos. Cuando la Sociedad Internacional Contra la Guerra (SICG) tomó el control de todas las naciones y dio fin a los conflictos bélicos, una de sus primeras acciones fue la reconstrucción de dichas ciudades. Los ciudadanos fueron reubicados según los criterios del SICG.

La calle H7 es la vía céntrica de una urbe marginada. Sus habitantes son mayormente Personas con Inestabilidad Genética (PIG).


¿Quién? Un PIG llamado “Topo”

Sabe que no debería estar en la calle a esa hora, y menos sin un permiso de circulación de los que otorga el SICG. Tal vez la cerveza casera que vende «el Gordo» en su bar clandestino, le han hecho perder un poco el sentido del control, aunque para ser sinceros, Topo no se caracteriza por su autocontrol.


Su cuerpo no asimila correctamente el alcohol, a pesar de ello cada viernes va a ese bar ilegal de mierda a envenenarse con ese maldito acido al que ese gordo seboso llama cerveza ¿De dónde rayos saca la cebada para fabricarla? Hace años que está controlada, prácticamente prohibida como casi todo: el alcohol, el tabaco, las armas, la religión, el sexo, las drogas, pensar vivir respirar.


Un altavoz rompe el silencio de la noche – CIUDADANO, DETENGASE Y LEVANTE LAS MANOS – Topo va muy borracho para hacer caso de la petición – REPITO, DETENGASE Y LEVANTE LAS MANOS – solo levantó una mano, con la cual le enseñó el dedo mayor a la patrulla. Acto seguido aceleró el paso, en menos de un segundo estaba corriendo a su velocidad máxima, 70 km/h.


A pesar de su rapidez, le fue difícil superar al coche patrulla XH-R. Topo se detuvo a menos de una cuadra, en un callejón sin oscuro y solitario. Los faros del XH-R le apuntaban, al igual que la metralleta de uno de los patrulleros.


Un segundo uniformado se acercó al PIG —Levante las manos y arrodíllese— cinco metros les separaban, pero no fueron suficientes para evitar que el PIG — ¡Dispárale, rapi…– que le atravesara la garganta con unas uñas afiladas como cuchillos.


Una ráfaga de balas llenas de miedo y disparadas sin precisión salieron de la metralleta, algunos perdigones se perdieron en la oscuridad de la noche, otros impactaron contra el chaleco blindado del patrullero que moría desangrado y que servía de escudo humano al PIG. El PIG saltó antes de que el tembloroso patrullero pudiese disparar de nuevo.


Miró a los lados, el miedo corría a caudales por sus venas. Intentó acercarse al XH-R para pedir refuerzos, pero era tarde. Unos tentáculos rodearon su cuello, el patrullero intentó zafarse pero era inútil, la presión era demasiada. Un «Crack» acabó con su resistencia.



SI te ha gustado, sigue las continuaciones en nuestro foro La Molécula , sería un honor que te unieras a esta comunidad.

martes, 29 de septiembre de 2009

La Habilidad de Satán

El metro se detiene en el andén número dos. Los pasajeros salen con prisaporquellegotarde, se amontonan en la escalera eléctrica, corren porque voyaperderelatobus y no miran a los lados ni a nadie porque debotomareltren. Pero él no.

Él sube despacio por las escaleras de piedra. Camina ignorando el tiempo, como aquel que le sobra la eternidad, aunque no es así. Él También tiene que llegar a, y tomar un. Pero camina despacio. Es como uno de esos videos donde todo se mueve aceleradamente excepto equis objeto/persona que camina a una velocidad distinta. Creo que se llama Slow Motion o algo parecido.

A veces se pregunta: ¿Por qué los demás llevan tanta prisa? Y a veces se responde: tal vez soy yo que voy muy lento. En verdad, no entiende del todo la mentalidad europea, esa presión constante, a la cual él es inmune, le resulta incomprensible.

Él es una persona difícil de describir. Tiene un cerebro caótico, donde revolotean docenas de pensamientos caníbales que se engullen unos a otros a la vez que regurgitan nuevas versiones de si mismos para dar continuidad a un incesante ciclo cavilofago.

Son las mujeres quienes mejor lo conocen, cada uno de los pares de las piernas entre los que ha estado a lo largo de su vida, conoce a la perfección un trozo de su ser, y cada par tienen sus propias opiniones: “es muy tranquilo, amable e inteligente” “es un sarcástico empedernido que no se toma nada en serio” “es un cabrón que folla como un dios” “He llegado a pensar que es un extraterrestre que vino a estudiar a la raza humana” “es solitario, pero extrañamente amigable” “es la negación de No” “es un demonio desterrado del infierno por pasarse de perverso” “es adorable cuando quiere e insoportable cuando se lo dispone” “creo que es brujo, siempre sabe lo que demás desean, sabe donde tocarte, qué decirte, cuando y cómo”.

El posible origen de una personalidad tan disímil caótica contrapuesta, puede ser, y de seguro es, el hábitat en la que se desarrolló. País de impredecible clima tropical en donde ahora llueve/ahora sale el sol; Barrio de putas chulos drogadictos ladrones; Hogar disfuncional llevado a hombros por madre trabajadora y visitado por padre agresivo alcohólico; Colegio de prestigio que ofrecía becas para demostrar su generosidad a la prensa. Amigos del barrio larvas de narcotraficantes sicarios y putas baratas; amigos del colegio con mentalidad Disney Channel y “papi me lo compra todo”.

Así se crió, entre dos o más mundos a la vez, sin desentonar en ninguno y, sobre todo, sin necesidad de usar mascaras. Siempre tuvo esa naturalidad múltiple que le permitía estar bien con las cucarachas de una letrina y los delfines de un estanque, sin mancharse de mierda o mojarse de agua cloratada.

Su vida sería la inspiración cuasi infinita que anhelan los escritores; su personalidad hace babear a los Psicólogos; sin embargo, ese hibrido entre cucaracha de letrina y delfín de estanque, sabe como pasar desapercibido cuando lo desea.

El no hacerse notar, ese estarnoestar, es una de armas más poderosas o como él mismo la llama “La Habilidad de Satán”. Su casi permanente estado furtivo le da la ventaja y oportunidad de observar todo su entorno sin verse involucrado en el mismo, la llave de la objetividad. Por eso conoce los corazones de aquellos que no se conocen a si mismos, esa es la habilidad de Satán.

El motivo que le llevó a España fue hace una maestría en marketing, tenía la intención de volver a su país, pero tras la muerte de su madre, decidió conocer a otras cucarachas, nadar con otros delfines.

Al fin llega a su destino, y sabe que éste le espera impaciente. Se detiene en el portal, no necesita llamar tiene llaves. Sí, tiene las llaves de ese portal y de ese domicilio, y al de menos de quince domicilios más. Los chulos le enseñaron cómo obtener todo de una mujer.

Entra al ascensor con paso tranquilo, sabiendo que el tercer piso un par de piernas ansiosas desean tenerle entre ellas y conocer un trozo de él. Las putas le enseñaron a aflojar las piernas más rígidas.

Toca el timbre, puede abrir él mismo, pero toca el timbre. Antes de que el sonido se disipe una mujer desnuda abre la puerta. Sin mediar palabras él entra y cierra la puerta, sujeta a su anfitriona por el cabello y la lleva a casi a rastras hasta el sofá. La pone de rodillas y soltar su rubia melena.

La mira fijamente desde su altura dominante, sus ojos negros abismales taladran esos ojos azules usemecomoputa. Él sabe lo que ella desea, él siempre sabe lo que ellas desean.

Ella permanece de rodillas, inmóvil mientras el tira de su cabello hacia atrás obligándola a verle fijamente. Su mano afloja levemente el pelo, la señal que ella esperaba. Desesperada desabrocha el pantalón de su opresor, baja la cremallera saca lo que desea y sin preámbulos comienza a chupar.

Con cada lamida la virilidad gana consistencia, en cuestión de segundo la flacidez pasa a ser dureza y grosor. Ella quiere tragarlo todo, lo empuja hasta su garganta controlando las arcadas hasta que no puede más y lo deja escapar sólo para tomar un respiro y repetir la acción. La saliva corre sin control y baña sus pequeños y firmes pechos, traza un camino en su torso atlético y llega a inmediaciones aún más húmedas.

Su cara está enrojecida bañada en saliva, pero nada detiene la salvaje felación. Acaricia su rostro y sus pechos con aquel pedazo de carne dura, lo lame besa chupa lo mete hasta lo más profundo de su garganta; él la deja hacer, porque sabe que es eso lo que ella desea.

Después de casi quince minutos de frenéticos lengüeteos, él la lleva a rastras por la casa hasta la habitación, la arroja a la cama con fuerza, sujeta sus piernas llevando sus rodillas a la altura de los hombros y sin más le entierra toda la polla en un agujero, daba lo mismo cual fuera.

No hay suavidad ni contemplaciones. Las embestidas son brutales desde el primer instante. La cama chirría, pero los gritos de ella son más fuertes que los acordes disonantes del metal y la madera.

Ella frota su clítoris, jadeante pide más. Él la cambia de posición a cuatro patas sujeta por el cabello. La dosis es igual de violenta y desconsiderada. Ella ya ha perdido la cuenta de los orgasmos, clitorianos vaginales anales todos eran bienvenidos…

domingo, 27 de septiembre de 2009

Cómo hacerse escritor famoso


A la mayoría de los escritores les gustaría ser famosos y ganar mucho dinero, sobre todo, teniendo en cuenta que sus egos suelen ser muy grandes y hasta blindados. Lo malo, es que no saben qué hacer para conseguir el éxito. Todos aquellos que lo consiguieron, callan, aunque ahora ha llegado el momento de esclarecer en qué consiste ese éxito. Quiero dejar constancia que al menos un 10% de los escritores, hoy famosos, lo lograron sin recurrir a las estrategias siguientes.
Hay acciones que conviene realizar y otras tantas, que es necesario evitar.

Lo que conviene hacer

Relacionarnos, buscar gente influyente dentro del mundo editorial que nos apadrine. Lo primero es conseguir que alguien nos presente, nos introduzca en esas fiestas en las que podremos ser presentados y conocer a mucha gente importante. En estos círculos conviene saber decir cosas amables, en el momento justo y a la persona adecuada. Pues bien, el aprendiz a famoso deberá reír chistes, los entienda o no.

Sabrá entender la mentalidad de los que le pueden ayudar y ponerse de su parte. Deberá aprender a hablar de vinos y lugares de moda, sabrá ocultar su pensamiento y sincronizarse con el editor o personaje influyente del momento. Aparentará lo que previamente vea que a los demás les gusta, acomodará su personalidad a los gustos de sus anfitriones. Aunque piense que no, dirá que sí. Si logra todo esto, deberá prepararse para las esperas, ya que sus padrinos le harán esperar en la primera cita, aunque no tengan nada entre manos.

Hacer esperar a los demás es para ellos un síntoma de poder y grandeza. Superada esta prueba, conviene que el futuro pluma de oro, aprenda a conocer publicidad y psicología, la mezcla de ambas es la verdadera llave al éxito. Nadie mejor que un publicista para hacernos ver, lo blanco negro, pulsando nuestros complejos, y el psicólogo aprovechando su conocimiento para tirar de los hilos de frustraciones escondidas y subconscientes retorcidos. No hacen falta hacer dos carreras, pero sí, entender de ambas un poco, ya que, a partir de ese momento, honores y fama están al alcance de tu mano.

Manos a la obra

Escribir un libro o novela, que hagar creer al lector está frente a algo fuera de lo común, aunque luego se quede en poco. Los lectores no quedarán defraudados, porque ya se les ha acostumbrado a leer y no sacar nada en claro.


Interesa decir tonterías con palabras técnicas o rimbombantes, entonces, te considerarán inteligente.

Haz pasar defectos por virtudes, así, los lectores verán justificadas sus vidas y te cogerán aprecio, ayudándote a ser famoso, pues, cuantos más reconozcan que lo blanco es negro y lo alto bajo, mejor para ellos. Esto como ves, te dará publicidad.

Cuando al fin consigas introducirte en el mundo editorial, algún redactor o director te “aconsejará” alguna que otra cosa, para mejorar tu manera de escribir. Debes hacerle caso y aunque al final ni tu mismo reconozcas lo que has escrito, no importa, saldrá con tu firma y además, triunfarás, pues, el que te aconseja, no le gustaría que tus escritos fuesen rechazados, ya que los considera sus propios hijos.

Manda originales a editoriales comprometidas en política, arte, filosofía, pero, sin comprometerte, entonces te publicarán siguiendo su propia línea editorial.

Si tu manera de escribir, crees que es filosófica o de pensamiento profundo, contra más enrevesada sea la manera de escribir, mejor, así no te entenderán y creerán que eres un genio.


También se puede dar el caso contrario, aunque para ello, necesitas una editorial que te lance con una publicidad que incida en tu gran conocimiento de la filosofía, entonces, podrás escribir nimiedades, de esas que todos los días se oyen por la calle o en tertulias de bar, y te admirarán. Sí, te admirarán, porque si tú eres un escritor reconocido por tu sabiduría, y ellos, los seres corrientes, te entienden con facilidad, sin duda, te elevarán, pues, cuanto más alto estés tu, más alto estarán ellos, que han comprendido tu mensaje.

Dentro de este palmarés de grandes escritores famosos y pensadores, tienes a Kant, Hegel, Roussell, Hüsserl, Sopenhauer, Bergson. Estos autores, mundialmente famosos, pocos los han leído sin verse obligados a ello por un examen, y los pocos que lo hicieron, no se enteraron, por eso, si tu les preguntas o les dices tal o cual cosa de sus libros, ellos asentirán, aunque te estés inventando todo. Conviene que sepas, que no importa ser buen escritor o tener lucidez, los escritores descritos no tenían ni lo uno ni lo otro, por eso te encuentras que cualquier novelista, es capaz de hacer una apreciación filosófica mucho más profunda y consistente que Kant, con palabras más sencillas y en menos espacio. Entérate ya, que fama y conocimiento no son lo mismo, sobre todo, en estos tiempos, donde un profesional del marketing, podría ser agente de imagen del propio AntiCristo y vendérnoslo, sin el Anti.

Escribe sobre temas que justifiquen la vida del ciudadano común, de tal manera que éste, no tenga necesidad de crecer interiormente y se sienta ya, al leerte, realizado como ser humano.
Describe las situaciones, de tal manera que lo accesorio, ocupe el 95% de tu obra, dejando para el final ese 5%, que podrás exponer de manera borrosa. Así el lector medio se sentirá en contacto contigo.

Date cuenta ya, que los lectores se hacen con el material que disponen más a mano
, es decir, los libros que mejor se promocionan, y como la mayoría de éstos son malos, también lo serán sus lectores.

Lo que no hay que hacer


No escribas sobre temas que pasen desapercibidos, como la honradez, lealtad, dignidad, responsabilidad, etc.
No intentes transmitir la verdad y menos aún, con palabras sencillas, pues, hace a la gente pensar, y ahora no lee para eso.
No digas nunca que la mayoría se equivoca, una persona puede hacer una burrada, pero si la hacen todos, es un acto democráticamente aceptado.
No intentes convencer a los editores; ya están convencidos, la mejor obra para ellos, es la que más se vende.

No escribas sobre cosas que los lectores no saben, les ofende.



Adolfo Cabañero

miércoles, 15 de julio de 2009

Parodiando un poco a Hate – Violadores del Verso- empiezo por decir: le quite las telarañas al teclado y me juré que escribiré las cosas por su nombre.

Me he alejado un poco pero como el cáncer, siempre vuelvo aparecer. Espero poder encontrar ojos que me lean, aunque no tengo esperanzas de encontrar almas que me comprendan y dejen entrar mi infección en su interior. Algunas por que tienen miedo a las nuevas enfermedades, otras por que ya están enfermas.

Pero quiero pensar que soy la enfermedad que cura todas las enfermedades, el veneno que alivia los males, la pregunta que da todas las respuestas, la guerra que trae paz. Pero simplemente soy una enfermedad. Me he llamado cáncer, pero a veces creo que simplemente soy algo menos que un resfriado. Es que incluso las enfermedades tienen su ego y le baja la autoestima.

Tal vez no soy una enfermedad, tal vez solo estoy enfermo. Y es que tal vez llevo tanto tiempo enfermo que creo que soy el mal que me aqueja. Tal vez amo a mi enfermedad y quiero ser uno con ella, por que se ha convertido en mi virtud. Es que no hay buena virtud y mala virtud, solo hay virtud.

Tengo miedo de ser curado, tengo pavor de encontrar alguien más enfermo que yo y opaque mi malestar, tengo miedo de no estar enfermo y ser un hipocondríaco filosófico.

sábado, 2 de mayo de 2009

El Cementerio Andante

AKEL DAMA, EL CEMENTERIO ANDANTE



Esto tal vez sea el sueño de una mente sin límites o los límites de una
mente sin sueños. Por favor no lea esto, pero si lo hace, no lo crea. Y
si osa creerlo, rece para que algún dios se apiade de su mente y no le
arrebate la cordura.


Astörth Kasdashä, Maestro errante de la demencia.





Nací bajo el signo de las estrellas gemelas, cuando las aspas del
tiempo aún giraban lentamente y su apetito por las cosas perecederas
era ínfimo, si lo comparamos con la voracidad abismal con la que hoy
engullen lo temporal. Pero no les hablaré sobre mí, yo sólo soy un
caminante que no pretende perturbar vuestros sueños como una vez otros
caminantes perturbaron los míos.


Prefiero hablarles sobre un lugar que una vez vi caminar frente a mí y
que por una suerte que no creo merecer, no fijó su mirada en mi alma.
Un lugar que devoraría vuestras endebles mentes si tuvieran la desdicha
de contemplarlo. Aquel lugar es conocido como Akl`dama, el cementerio
andante.


Los pocos que osan hablar de aquel lugar dicen que nació tras una
cruenta batalla donde perecieron tantos hombres como estrellas sobre el
cielo que les cobijaba aquella noche bélica. Cuando alguien muere, lo
único que se lleva son sus deseos y cada uno de aquellos soldados sólo
deseaba volver a casa o al menos no morir allí.


La voluntad segada, la sangre derramada, el odio al prójimo, el temor a
la muerte y la muerte misma fecundaron aquella tierra llenándola de
vitalidad y conciencia. Con las primeras luces del amanecer aquella
recién nacida gritó al mundo anunciado su presencia a un mundo que le
temería. Llena de las voluntades de aquellos que murieron sobre ella,
inicio una marcha a ningún lugar, llevándose consigo a todo aquel que
no quiera compartir su viaje.


Yo cumplía con mi merecido castigo, del cual no deseo hablarles por
temor a despertar en sus corazones algún vestigio de inmerecida
compasión. Estaba en las interminables llanuras de las tierras del sur,
siempre cubiertas por sus hierbas verdes ilusión y mecidas por un
viento que traía consigo el olor a miles de recuerdos olvidados que
agitaban mis barbas grises y mi túnica desgarrada por el tiempo,
haciéndome parecer un espectro de mi propia persona.


Deseaba que aquel viento frío y silbante se llevara consigo mis
dolores, mis errores, mi condena…mi vida. Pero sólo me arrebataba el
poco calor que conservaba en mi descarnado cuerpo. Cerré mis ojos y
busqué algún recuerdo que calentara mi alma, hurgué hasta lo más
recóndito del baúl de mis memorias con el temor de haberlos perdidos.
Ante tal idea sentí miedo, mucho miedo, pues qué es un hombre sin un
recuerdo que caliente su alma, tal vez algo menos que un tronco seco en
medio del desierto.


De repente, sentí el suelo respirar bajo mis pies. Sentí como inhalaba
la vida de las hierbas e incluso la mía, para luego exhalar un vapor
hediondo lleno de dolor. Abrí los ojos con alegría pues pensé que mi
condena había terminado y la muerte venia a por mi. Estaba muy lejos,
pero a la vez demasiado cerca de la verdad. Aquel era un lugar que no
debía estar ahí y mucho menos andando entre los verdes prados.


Aquel lugar estaba lejos, pero su presencia colosal lo hacia parecer
estar al alcance de mis torturadas manos. Vi como una ola de tierra del
tamaño de mil titanes se deslizaba lentamente a través de la llanura,
impregnando la atmósfera con una sensación de angustia y desesperanza
capaz de consumir un alma más rebosante de vitalidad y amor en menos de
un parpadeo.


Cientos de miles de cadáveres consumidos por la podredumbre “flotaban”
sobre la imponente masa amorfa que los engullía y regurgitaba una y
otra vez sin dejar escapar nada. Siempre serán parte de aquel lugar,
cada hueso o pedazo de carne que resista al pasar del tiempo.
Es una insensatez pensar que aquello podía tener un rostro, pero lo
tenía. Era un rostro y mil a la vez; permanecían callados, pero
gritaban un silencio ensordecedor que comprimía todo mi cuerpo y me
petrificaba cual estatua de jaspe.


Hice un esfuerzo más allá de lo imposible para parpadear, mis ojos se
cerraron y al abrirse el lugar ya no estaba allí, no había nada que
delatara su paso, sólo este olor que aún impregna mi piel y las
imágenes que aún flotan en mi mente engullendo a otros recuerdos de la
misma manera que engullía aquellos cadáveres. A veces siento temor que
se trague aquel recuerdo que calienta mi alma, porque entonces me
convertiría en un tronco seco en medio del desierto.



Ahí estaba yo, inmóvil ante la majestuosidad abismal de aquel
ciclópeo lugar que caminaba frente a mí. No sé por cuanto tiempo pude
sostener la vista sobre aquello, tal vez sólo fue un instante o quizás
mil eternidades. No logro recordar por cuanto tiempo respiré aquel olor
mefítico que aún hoy tantos siglos después siento impregnado en mi
arrugada piel. Creo que aunque se me ha negado el derecho a morir, la
muerte siempre estará en mí como algo impalpable, pero eminentemente
presente.



Hice un esfuerzo más allá de lo imposible para parpadear, mis ojos
se cerraron y al abrirse aquel lugar ya no estaba allí, no había nada
que delatara su paso por aquel lugar, solo este olor que aun impregna
mi piel y las imágenes que aun flotan en mi mente engullendo a otros
recuerdos de la misma manera que engullía aquellos cadáveres. A veces
siento temor que se trague aquel recuerdo que calienta mi alma, porque
entonces me convertiría en un tronco seco en medio del desierto.